Al construir presas y refugios, los castores son considerados ingenieros del ecosistema. Sus presas elevan el nivel del agua, reducen su velocidad y cambian su dirección, lo que puede aumentar el tamaño de los humedales, potenciar la diversidad de la fauna y la flora, mejorar la calidad del agua y mantener su temperatura estable. Los estanques de castores son el hábitat de peces de agua dulce, aves migratorias, anfibios y otras especies de humedales. Para el caluroso y seco suroeste, los castores pueden desempeñar un papel importante en la lucha contra el cambio climático y la crisis de la biodiversidad. Pero los castores también pueden causar a veces problemas a los regantes y propietarios. Sin embargo, hay soluciones que permiten a los humanos convivir con este ingeniero peludo.
En el norte de Nuevo México, los agricultores tradicionales de ascendencia española, mexicana y nativo americana llevan al menos 400 años viviendo en un enfrentamiento con los castores. Las acequias comunitarias, canales históricamente diseñados para transportar la escorrentía de la nieve o el agua del río a campos lejanos, son las instituciones de administracion del agua de origen europeo más antiguas de Estados Unidos. Estas agronomías de regadío, se remontan a la época del primer asentamiento de los españoles a finales del siglo XVI y algunas incluso a comunidades indígenas anteriores. Los regantes gobiernan comunalmente las acequias con precedentes y tradiciones locales, compartiendo el agua de forma equitativa en tiempos de escasez.
En el 2021, Defenders of Wildlife inició un programa de costos compartidos para ayudar a pagar los costos asociados con la coexistencia del castor en el norte de Nuevo México. El objetivo del programa es fomentar la coexistencia pacífica con los castores, ayudando a las comunidades a diseñar y financiar proyectos que reduzcan el impacto negativo de los castores.
El condado de Santa Fe, que administra Los Potreros Open Space en la tradicional comunidad agrícola hispana de Chimayo, se puso en contacto con nosotros recientemente después de que los castores entraran a la propiedad. Como comunidad que depende del agua para sobrevivir, los agricultores están preocupados por la actividad de los castores, que bloquean sus zanjas y derriban árboles valiosos. También les preocupa que los estanques de los castores puedan inundar las carreteras de acceso y los patios de los vecinos si no se mitigan adecuadamente.
En colaboración con el condado y la organización local sin ánimo de lucro Rio Grande Return, Defenders está escuchando las necesidades de los agricultores y diseñando un sistema de dispositivos de flujo de estanques y barreras que permitirá a la comunidad mantener su sistema centenario de agricultura sostenible, al mismo tiempo que permite la presencia de castores y la restauración de la biodiversidad. El diseño permitirá que una parte del agua fluya a través de la colonia de castores, al tiempo que la retrasa y la almacena para los meses secos del verano. Las barreras impedirán que los castores bloqueen las compuertas de las zanjas, garantizando que el agua fluya según lo previsto. Esperamos que esta colaboración ayude a la comunidad a comprender mejor el valor de los castores y les anime a tolerar los castores en las zonas que rodean la propiedad del condado.
La coexistencia con la vida silvestre, es parte integral de la misión de Defensores para proteger a todos los animales y plantas silvestres nativos en sus comunidades naturales. Trabajar sobre el terreno, con las personas de las comunidades que comparten la tierra, el agua y el aire con la vida silvestre, es una de las formas más eficaces de obtener resultados positivos para los seres humanos y la vida silvestre. Tenemos la esperanza de que nuestra asociación con el condado de Santa Fe, el Retorno del Río Grande y las comunidades agrícolas tradicionales de Nuevo México engendre una relación sana y feliz durante los próximos 400 años.
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